Out of the Circle
 

El reencontrarme y reconciliarme conmigo misma, amarme y aceptarme como soy, fue lo mejor que me sucedió gracias a las terapias que tomé contigo. El poder soltar, liberarme de creencias y miedos me llevó a conocerme más a mí misma y a ser más consciente del amor hacia mí que me permite tomar mis decisiones y poner límites a lo que no me gusta. Aprendí, en la terapia, a reconocer mis emociones sin juzgarme. En momento de inquietud, miedo o angustia, observo cuales son los sentimientos que tengo y aplico las técnicas aprendidas en los cursos y terapias. No hay nada mejor que abrazarte con mucho amor, sonreírte, sentirte feliz y llenarte de gran paz al aceptarte a ti mismo. 

Creo que estar en terapia con usted es un privilegio para mí; el poder explicar mis problemas a una persona que no tiene nada que ver conmigo, pero sobre todo que desde un inicio se gana la confianza de uno, es una garantía de que el proceso será completamente satisfactorio. 
Es muy importante mencionar también que me ayuda a desbloquear alguna situación para poder tomar decisiones y salir de ella; con alternativas que ni siquiera me hubiera imaginado y seguir avanzando en mi vida; me encanta por ejemplo ese autoconocimiento con el cual no había tenido tanta interacción y poder hablar y actuar con congruencia en mi diario vivir. 

Mi relación con Esther ha sido muy peculiar porque ha sido por medio de e-mail. Yo la llamo mi ángel porque ella llegó a mi vida en un momento en el que me encontraba en una fuerte crisis existencial. Ella me ayudó a salir de esta crisis y a retomar fuerzas y fe en mí misma. Decirle gracias no es suficiente después de lo que me ayudó. 

Desde hace muchos años conozco a la Sra. Ma. Esther del Castillo Belmar y yo la llamo mi madre espiritual porque cuando me he encontrado en momentos de confusión acerca de situaciones en mi vida, ella siempre ha tenido las palabras adecuadas que me han permitido volver a mi centro y a mi paz interior. Yo sé que cuento con ella y con su apoyo moral y es por ello que la llamo mi madre espiritual. Para mí es un gusto conocerla. 

La terapia que recibí de la doctora Esther me ayudó a borrar imágenes en mi memoria, imágenes que para mí eran muy recurrentes y me causaban dolor y sufrimiento. Su trato cálido, dulce y amoroso, a mí me ayudó a poder hablar y a quitarme culpas que yo sentía. Mi vida cambió de aquella depresión y tristeza, sin ganas de hacer nada, a hacer ejercicio y disfrutarlo. El método que Esther maneja es rápido y efectivo. No te cuestiona, no te culpa, simplemente te hace ver los acontecimientos y las experiencias de una forma amorosa. Cambia todo lo negativo, todo lo que te causa dolor. Te cambia esa película de tu vida y solo ves lo mejor de esa experiencia.

Hoy amanecí frustrada, enojada, confundida y con mi habitual actitud de apatía, la cual no me permite ayudarme a mí misma. Decidí hablar por teléfono con Esther y decirle como me sentía. Ella platicó conmigo y me ayudó a darme cuenta de que estaba en mis manos hacer los cambios para sentirme mejor. Me ayudó a recordar que debo tomar la responsabilidad que a mí me toca en toda relación yo-tú que todos tenemos y a recordar que con la ayuda de Dios puedo resolver, para bien, cualquier relación conmigo misma, con mi pareja, con mi madre, con mi hija etc. Sus palabras fueron muy importantes y me ayudaron mucho.